Imagen que contiene vajilla, plato, dibujo

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.


https://revistacon-secuencias.com

Publicación del Foro de Reflexión sobre la Realidad Salvadoreña – FORES–

No. 10, enero - abril, 2025   Revista cuatrimestral. San Salvador, El Salvador, Centroamérica

Donald Trump y el continente latinoamericano

Donald Trump and the Latin American continent

 

Este trabajo tiene la licencia

Imagen que contiene dibujo, señal, plato

El contenido generado por IA puede ser incorrecto.

 

 

Pascal Drouhaud[2]*

Think Tank LATFRAN (Francia-America latina)

pascaldrouhaud1@gmail.com

http://www.idref.fr/124104649/id

 

Recibido:   15/12/2024

Aprobado: 13/03/2025

 

Resumen

El artículo aborda la elección presidencial de Donald Trump en los Estados Unidos y las repercusiones que tendrá en la política interna y en la economía estadounidense, si se toman en consideración la puesta en práctica de las promesas de campaña electoral, de cambios fuertes en el sistema de producción y social, asimismo, en el comercio internacional. Se analiza el rol que desempeñará el BRICS como surgimiento y fortalecimiento de una nueva correlación de fuerzas internacionales en el campo de las relaciones internacionales, financiero y comercial. El liderazgo de algunos líderes de Latinoamérica como Nayib Bukele y Javier Milei han sobresalido a nivel continental, incluso internacional debido a sus respectivas políticas públicas que han sido exitosas en la económico y en la seguridad ciudadana, asimismo se hace referencia al Petro de Colombia y Boric de Chile entre otros. Se analiza la emigración de ciudadanos de Latinoamérica hacia los EE. UU., como resultado de falta de políticas públicas y gobernanzas de algunos gobiernos, esta escasez o ausencia de condiciones democráticas, seguridad ciudadana, empleo, etc., se convierten en los principales indicadores. También se analiza el impacto de la guerra Ucrania-Rusia y del Cercano Oriente en el comercio internacional y en la necesidad de la diversificación de importaciones y exportaciones.

Palabras claves: Conflicto internacional, Relaciones este-oeste, Emigración ilegal, América del Sur, Relaciones Internacionales

 

Abstract

 

The article deals with the presidential election of Donald Trump in the United States and the repercussions it will have on domestic politics and the US economy, if the implementation of the electoral campaign promises of strong changes in the production and social system, as well as in international trade, are taken into consideration. The role that BRICS will play in the emergence and strengthening of a new correlation of international forces in the field of international, financial and commercial relations is analyzed. The leadership of some Latin American leaders such as Nayib Bukele and Javier Milei have stood out at continental and even international level due to their respective public policies that have been successful in economic and citizen security, as well as the Petro of Colombia and Boric of Chile, among others. It analyzes the emigration of Latin American citizens to the U.S., as a result of the lack of public policies and governance of some governments, this scarcity or absence of democratic conditions, citizen security, employment, etc., become the main indicators. The impact of the Ukraine-Russia and Near East war on international trade and the need for diversification of imports and exports is also analyzed.

Key words: International conflict, East-west relations, Illegal emigration, South America, International Relations.

 

Desarrollo

La cómoda elección de Donald J. Trump[3]  el 5 de noviembre de 2024 como 47º presidente de los Estados Unidos anuncia una nueva fase en las relaciones diplomáticas estadounidenses[4]. Su campaña se centró en hacer que Estados Unidos sea "más fuerte, más seguro y próspero". Preservación y protección del mercado interior, regulación, en particular mediante un aumento de los aranceles aduaneros, de los productos importados, fortalecimiento de las medidas de reciprocidad, endurecimiento de las medidas sociales unido a un mayor control migratorio, todas estas orientaciones tienen como objetivo fortalecer el “Made in the USA", reducir la inflación y recuperar la iniciativa frente a la competencia china.

Se está desarrollando el concepto de "Sur global", basado sobre todo en el fortalecimiento de los BRICS+, en oposición a un "Occidente global" percibido en el mejor de los casos como conservador y en el peor como reaccionario. Este contexto está alimentando una nueva guerra ideológica en la que el mundo está inmerso desde hace varios años. Esta situación se ve reforzada por la guerra de Rusia contra Ucrania y, con mayor fuerza aún, por el conflicto entre Israel y Hamás en Gaza o Hezbolá en el Líbano.

En América Latina ya se están sintiendo repercusiones importantes. Este continente ha intentado, durante la Administración Biden (2020-2024), aparecer como un nuevo espacio de oportunidades e influencia en el escenario internacional. Sin embargo, la magnitud de los desafíos por enfrentar no le ha permitido liberarse de una imagen de "basurero migratorio", en particular por el estancamiento de todo proyecto de integración regional tanto en Centro como en Sudamérica.

“La tentación del ‘Sur Global”[5], la obligación de recuperarse de la crisis económica y social acentuada por la pandemia de Covid-19, la inseguridad nacida del fortalecimiento del narcotráfico en parte en una dimensión regional[6] (4) y finalmente, el enfrentamiento político entre personalidades que encarnan posiciones políticas totalmente opuestas acompaña a una fuerza de dispersión de un continente directamente afectado por las prioridades anunciadas por el nuevo presidente americano.

Es difícil avanzar en el camino de la cooperación regional cuando líderes tan diferentes como Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador, o Gustavo Petro en Colombia e Inácio Lula da Silva en Brasil, o Nicolás Maduro, están enfrentados. Venezuela y Daniel Ortega en Nicaragua[7]. En otras palabras, "la polarización político-ideológica que se opone estos dos bandos limitan la capacidad de los Estados del continente para hacer converger sus intereses, encontrar influencia a través de la cooperación regional y hacer oír su voz en la escena internacional"[8].

En materia de política exterior, los "grandes ganadores" del regreso de Donald Trump son Javier Milei, que nunca ha ocultado su cercanía política con él, y Nayib Bukele, que ha sabido restaurar la seguridad en su gangrenoso país durante décadas gracias a las famas “maras”[9] (7). Por el contrario, Venezuela y su proximidad con Irán, Cuba más sumida que nunca en una profunda crisis económica, la catástrofe de seguridad haitiana, la presencia china ya sea en México, Centroamérica, Brasil o el arco andino, tantas realidades que serán llevadas a evolucionar. durante la próxima administración de Trump.

El “MAGA” y sus consecuencias económicas y sociales en América Latina

Hay varias consideraciones para tener en cuenta para entender las repercusiones de la victoria de Donald Trump. Más allá de las prioridades fijadas, según algunos el prisma a través del cual se puede captar la realidad del continente, Trump tiene la ventaja de conocer la práctica del poder presidencial. Con mayoría en el Senado y el Congreso, dispone de las palancas políticas para llevar adelante el programa con el cual fue elegido, reforzadas por una Corte Suprema de la cual 6 de los 9 jueces fueron designados por presidentes republicanos[10], lo que refuerza este control.

Contribuir al fortalecimiento del mercado interno norteamericano significa, en América Latina, no sólo medidas arancelarias sino también migratorias (control de inmigrantes ilegales y expulsión a los países de origen de extranjeros que hayan cometido algún delito). Esta política de rechazo fronterizo ya se había iniciado durante el primer mandato de Donald Trump y continuó bajo la administración Biden, bajo el concepto del "tercer país seguro". Guatemala, entonces gobernada por Jimmy Morales[11], fue uno de los primeros países en 2019 en firmar un acuerdo con Estados Unidos, comprometiéndose a mantener en su territorio a las personas que intentaran migrar hacia el país norteamericano.

Este estatuto implica una actuación conforme al derecho de los refugiados, una capacidad de acogida, judicial y penal, pero también una integración suficiente para ofrecer una base de seguridad compartida con los refugiados, una capacidad de acogida, judicial y penal, pero también de integración suficiente para ofrecer una base de seguridad compartida con los países vecinos.

 Son muchas las condiciones esenciales para una complementariedad real de un eje político en favor de una preferencia nacional, definida por el nuevo presidente estadounidense. En efecto, el mayor riesgo sigue siendo el de la desestabilización de los países latinoamericanos afectados y luego de la región, que podrían acabar constituyendo nuevos focos de riesgo a las puertas de Estados Unidos. La región sigue siendo uno de los lugares más violentos del mundo: 15 asesinatos por cada 100.000 habitantes, frente a una media mundial de 5,8 homicidios.

Esta realidad se aplica a Haití, a México, a las oleadas de migrantes que salen de Venezuela hacia Sudamérica o se dirigen a Estados Unidos, desestabilizando las economías de Colombia, Perú o Ecuador. El asesinato de Fernando Villavicencio[12] reveló la influencia del narcotráfico, que aprovechó la pandemia para reorganizarse, distribuir tareas regionalmente y desarrollar sus exportaciones. Panamá ve afectada su región fronteriza sur, Darién. Países productores como Colombia, Bolivia, Perú y Brasil (en su parte amazónica) exportan a Ecuador, que se beneficia de un frente marítimo sobre el océano Pacífico, que se ha convertido en la principal “ruta” de la droga en la región. Una vez transformado, regresa a México donde los cárteles (notablemente el de Sinaloa) exportan al mercado americano vía el Caribe, y al mercado europeo vía el Golfo de Guinea y África Occidental. Es por esto que “la elección de Vance por parte de Trump como vicepresidente sugiere una política latinoamericana más agresiva en temas migratorios y en el crimen organizado mexicano”[13].

No tiene sentido la corresponsabilidad de la que tanto se habló en los años 1990 y 2000, entre países productores y países consumidores, pero la situación ha empeorado en comparación con los años 1980 y 1990. Ahora bien, en un clima internacional tenso, este tráfico permite penetrar en los Estados y financiar opciones políticas que puedan responder a los intereses de potencias que alejan a los países en cuestión del orden internacional establecido para convertirse en vectores de un enfoque alternativo, en nombre de los principios de la independencia. La evolución del arco sahelo-sahariano es, a este respecto, perfectamente reveladora. La seguridad del hemisferio occidental está más comprometida que nunca, razón por la cual la nueva administración Trump está preocupada.

Varios países han declarado la guerra a las pandillas: El Salvador desde 2019 y Ecuador desde enero de 2024, donde el presidente Daniel Noboa tomó medidas excepcionales tras una serie de asesinatos contra jueces, periodistas y funcionarios electos. ¿Qué pasa con países como Haití, donde el Estado sigue fracasando y donde sectores enteros de ciudades (como la capital) o regiones (como Artibonite) están en manos de líderes de bandas como Jimmy Chérizier, alias "Barbecue"[14]?

Tantas crisis ligadas a la seguridad, favoreciendo las crisis migratorias que tienen una consecuencia inmediata en la visión que la Administración estadounidense tiene sobre el continente.

Consecuencias en materia de política exterior

América Latina es un continente de paradojas. Integrada por 33 países incluida la región del Caribe, tiene una superficie de casi 22 millones de km2. Actualmente se encuentra en una encrucijada geopolítica. Las elecciones estadounidenses cambiarán el equilibrio de poder. Brasil (primera potencia económica de la región) ha intentado, con Inácio Lula da Silva desde 2023, posicionarse como líder de un grupo tentado por el “Sur global” fortaleciendo su posición dentro de los BRICS+[15]. México (2º) intentó mantener una posición intermedia sobre el conflicto ucraniano posicionándose a favor de una reforma de la gobernanza internacional. Los ataques de Hamás a Israel del 7 de octubre de 2023 y el estallido del conflicto han llevado al continente a la fractura: si Argentina, Paraguay, Uruguay, Perú, Panamá, Costa Rica, El Salvador y Guatemala condenaron los ataques y apoyaron al Estado hebreo, Otros apoyaron al movimiento terrorista bajo el pretexto de una lucha de liberación trasladada a su realidad nacional: Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel el 31 de octubre de 2023, Colombia el 2 de mayo de 2024, mientras que Venezuela, Cuba y Nicaragua denunciaron la respuesta israelí contra los movimientos terroristas. .

Estas posiciones complementan una realidad económica que muestra cómo los socios internacionales se han diversificado. La República Popular China se ha convertido en el mayor socio comercial de muchos países: Brasil, Chile, Ecuador y Perú. La Cumbre de APEC, foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, celebrada en Lima del 15 al 17 de noviembre de 2025 en presencia del presidente Xi Xinping, recordó esta situación. Pekín tiene una estrategia comercial y desarrolla vínculos con países clave: las materias primas y los productos agrícolas como la soja, el maíz, la carne de vacuno o el litio y el cobre están en el centro de una estrategia geopolítica.

Las infraestructuras de transporte y energía también están en el centro de este enfoque, que apunta no solo a satisfacer las necesidades del mercado chino, sino también a establecer una presencia en un continente que durante mucho tiempo ha sido considerado el "patio trasero"[16] de la Estados Unidos. Este establecimiento permite compensar el de los estadounidenses en la región del Indo-Pacífico, en una relación de búsqueda de equilibrio estratégico similar a la que se estableció durante las relaciones bipolares Este-Oeste. Por ejemplo, en 1962 la URSS renunció a la instalación de baterías de misiles nucleares en Cuba a cambio de un acuerdo con Estados Unidos que le exigía retirar sus misiles Júpiter de Turquía. China ha establecido mecánicamente una relación bipolar al establecer una presencia en América Latina después de su presencia en África.

Perú, el segundo mayor exportador de cobre del mundo, también está en el centro de esta estrategia. Con la cumbre de la APEC, la apertura del puerto de Chancay, verdadera puerta de entrada de China a América Latina, ilustra este desarrollo. Tras una inversión de más de 1.500 millones de dólares, Cosco Shipping Ports (CSP), Una filial del gigante naviero chino Cosco Shipping, posee el 60% del megapuerto. Esto ofrece la enorme ventaja de reducir a más de la mitad las rutas marítimas hacia Asia para las mercancías procedentes de Brasil, los países andinos y Argentina. Chancay ahora compite con Long Beach, California, y Manzanillo, México. Esta implantación viene acompañada de proyectos de infraestructura: ya se han anunciado carreteras y ferrocarriles con Brasil, hacia Argentina al sur o hacia Colombia al norte.

Mientras Donald Trump pretende reanudar su enfrentamiento con Pekín, ¿veremos un aumento de productos “Made in Latin America” sospechosos de ser chinos? El hecho es que el continente se está convirtiendo en un espacio, si no hostil, al menos uno que Washington debe vigilar: ya sea en términos de migrantes o de regímenes riesgosos. Ya sabe que puede contar con varios países que constituyen otros tantos puntos de apoyo en una estrategia que apunta tanto a congelar los flujos migratorios hacia el norte como a limitar la penetración china que podría constituir un ataque de retaguardia de los Estados Unidos a través de la región que fue, durante décadas, su primera zona de influencia. Con Nayib Bukele y Javier Milei, la Casa Blanca bajo la administración Trump tendrá dos aliados que han mantenido el vínculo bajo la presidencia de Biden.

Una lucha implacable contra las maras por un lado, en un llamado nacional de salida, y un repliegue sobre los migrantes (que conciernen más a Honduras, Guatemala y la Nicaragua del muy autoritario Daniel Ortega), una política libertaria y pro occidental por el otro, que afirma su apoyo total a Israel y Ucrania al tiempo que recuerda su compromiso con la "promoción de los valores occidentales", cada uno lleva consigo una parte de la acción y la filosofía política del 47º presidente estadounidense. Javier Milei no duda en denunciar el “wokismo”[17] y los excesos autocráticos de Nicolás Maduro, cuya reelección el 28 de julio de 2024 plantea innegables interrogantes en términos de transparencia y legitimidad. Argentina se está convirtiendo sin duda en la cabeza de puente de Estados Unidos en la región antártica. El 4 de abril de 2024, el Presidente argentino se reunió con la general Laura Richardson, jefa del Comando Sur de las Fuerzas de Estados Unidos, en la Base Militar Integrada Jorge Newbery. De camino a Tierra del Fuego, en Ushuaia, anunció la creación de una base conjunta con los estadounidenses. ¿Objetivo? Detener el avance chino en esta parte del mundo y bloquear el paso a la Antártida. Esta posición podría tener una consecuencia comercial inmediata: acelerar los proyectos de infraestructura de transporte terrestre entre el Pacífico y el Atlántico, principalmente a través de Perú y Brasil.

El fortalecimiento económico de China en América Latina llevará a Washington a reaccionar, incapaz de rendirse en un continente donde los temas de seguridad ya sean militares, migratorios o de narcotráfico, son considerados un asunto nacional y no faltan. Pueden contribuir al surgimiento de un desequilibrio estratégico en desventaja de Estados Unidos a través de la aparición de nuevas alianzas con países que podrían oponerse a los estadounidenses de una manera u otra. Cómo no recordar las Declaraciones de Alberto Fernández en Moscú, poco antes del inicio de la "operación militar especial" rusa en Ucrania: el ex presidente argentino pretendía convertir a su país en "la puerta de Rusia hacia América Latina"[18].

La Cumbre de Washington para la Prosperidad Económica de América Latina del 3 de noviembre de 2023 pretendía vincular la alianza económica y los avances políticos, con el objetivo de frenar los flujos migratorios. Estuvieron presentes 11 jefes de Estado, entre ellos el chileno Gabriel Boric, el colombiano Gustavo Petro, la peruana Dina Boluarte y el costarricense Rodrigo Chávez. Sin embargo, abordar el problema latinoamericano desde el único ángulo migratorio no es suficiente para entender la dimensión estratégica y su impacto en Estados Unidos. Los migrantes huyen hacia el norte, pero también hacia el sur. Desde 2018, más de un tercio de los 5 millones de venezolanos que han abandonado su país han llegado a Colombia. Están involucrados todos los países del arco andino y naturalmente México y su frontera americana. Costa Rica vivió el mismo fenómeno en su frontera con Nicaragua tras la crisis que siguió a la "reelección" de Daniel Ortega en 2018. La dimensión política, a la que se suma un planteamiento ideológico para algunos que abogan por un "Sur global" para disimular mejor sus Las críticas a la gobernanza global nacidas de la paz de 1945, como es el caso de Venezuela, Nicaragua o Bolivia, complican la situación y podrían marcar una deriva del continente.

Mirando hacia Asia y sus mercados, muchos países creen que la solución a las crisis ya está ahí. Esto supone olvidar las causas estructurales de sus economías: casi el 54% de los empleos del continente dependen del sector informal. Demanda de diversificación de cadenas productivas, necesidad de responder a los desafíos de gestión del crecimiento urbano en términos de servicios, en un continente donde las poblaciones viven mayoritariamente en ciudades, inseguridad multifacética alimentada por el desarrollo del narcotráfico, desafíos ambientales, tantas realidades que un Todo continente que quiera existir en el escenario internacional debe pasar por ello. Tras aparecer como "el continente olvidado"[19] durante los años de pandemia, la división ideológica entre quienes llaman a desafiar el orden internacional y quienes defienden a Occidente ha adquirido un nuevo significado. la magnitud desde 2022. Las guerras en Ucrania, Oriente Próximo y Medio han despertado posiciones antagónicas: Venezuela, Colombia, Bolivia, Nicaragua, Cuba y, en cierta medida, México y Brasil se oponen o muestran distancia respecto de una línea que propugna "un Occidente global" que sería el garante de seguridad tanto interna como externa. Son muchas las razones para prever un interés mecánico primero y más sostenido luego por parte de una Administración Trump que sabe que América Latina sigue siendo una de las claves de su influencia ahora comercial y política.



* Especialista en relaciones internacionales, presidente del Think Tank LATFRAN (Francia-America latina), ha investigado temáticas llevadas a cabo sobre el desarrollo (África-Medio Oriente). Autor de artículos sobre América Latina y temas de defensa y del libro "Farc, confesiones de un guerrillero" (Ediciones Choiseul, 2008). Analiza regularmente la actualidad de América Latina en los medios de comunicación, en particular en France 24, France 24 en español, LCI y RFI. Fundador de ICS, International Consulting & Strategy.

[3] Donald J. Trump, nacido en 1946, fue el 45.º presidente de los Estados Unidos (2017-2021). El 5 de noviembre, derrotó a la demócrata Kamala Harris con un lema ahora famoso: “Make America Great Again (MAGA)”.

[4] En 2024, la victoria de Trump era probable y por lo tanto no sorprendió a los vecinos continentales de Estados Unidos, mientras que en 2016, "su elección había sorprendido a las élites políticas  latinoamericanas": DUPRET Xavier y REMAN François, “América Latina y Trump. Un intento de previsión sin red de seguridad (ni bola de cristal)…”, La Revue Nouvelle, mayo de 2017, núm. 4, p. 8-15.

[5] DROUHAUD P., « Amérique latine La tentation du “Sud global” », RDN, 865, décembre 2023, p. 120-123.

[6] DROUHAUD P., « Amérique latine L’Équateur et le défi du trafic de cocaïne en croissance », RDN, 863, octobre 2023, p. 115-119.

[7] Presidente de El Salvador desde el 1 de junio de 2019, Nayib Bukele ha hecho del restablecimiento de la seguridad a través de la lucha total contra las maras un eje esencial de una política destinada a impulsar la recuperación y el atractivo económico de Centroamérica. Nacido en 1962, Nicolás Maduro, vicepresidente de Hugo Chávez (2012-2013), lo sucedió tras su muerte el 5 de marzo de 2013. Fue elegido el 14 de abril de 2013, con el 50,6% de los votos (en una sola vuelta). . Obtuvo el 67,8% de los votos en 2018, mientras que las principales fuerzas de oposición no pudieron presentarse tras boicotear las elecciones municipales de 2017. El Tribunal Superior Electoral (TSE) lo declaró ganador de las elecciones del 28 de julio de 2024 con el 51,20%. desencadenando una crisis de todo tipo en su país. Su toma de posesión está prevista para el 10 de enero de 2025: ver BIROSTE David, “Estado de derecho: los europeos apoyan a los venezolanos”, Revue politique et parlementaire, 30 de octubre de 2024 (www.revuepolitique.fr/); DROUHAUD P., “América Latina – Venezuela: el golpe de fuerza permanente”, RDN, n° 874, noviembre de 2024,

pag. 120-127 (https://www.defnat.com/e-RDN/vue-article.php?carticle=23568&cidrevue=874). Inácio Lula da Silva fue elegido en octubre de 2022 contra el actual presidente, Jair Bolsonaro. Ya había cumplido dos mandatos consecutivos, del 1 de enero de 2003 al 1 de enero de 2011, tras ser reelegido el 29 de octubre de 2006.

[8] PARTHENAY Kevin, « Trump 2.0 : l’Amérique latine face au retour du “disruptor in chief” », The Conservation, 13 novembre 2024 (https://theconversation.com/).

[9] DROUHAUD P. « Amérique latine El Salvador et le “phénomène” Nayib Bukele », RDN, 872, Été 2024, p. 246-250 (https://www.defnat.com/e-RDN/vue-article.php?carticle=23525&cidrevue=872).

[10] Presidente de 2016 a 2020, practicó una política de alianza con Estados Unidos. Terminó la misión de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), instaló la embajada de su país en Jerusalén, rompió relaciones diplomáticas con Venezuela y fortaleció sus relaciones con Taiwán. Es diputado del Parlamento Centroamericano al final de su mandato [Nota del editor: el PARLACEN tiene 6 estados miembros – El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana – que envían 20 diputados cada uno].

 

[12] Presidente de 2016 a 2020, practicó una política de alianza con Estados Unidos. Terminó la misión de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), instaló la embajada de su país en Jerusalén, rompió relaciones diplomáticas con Venezuela y fortaleció sus relaciones con Taiwán. Es diputado del Parlamento Centroamericano al final de su mandato [Nota del editor: el PARLACEN tiene 6 estados miembros – El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana – que envían 20 diputados cada uno].

[13] Nacido en 1963, este periodista es diputado desde 2021 bajo el lema “Alianza de la Honestidad”. Candidato a las elecciones presidenciales del 20 de agosto de 2023, fue asesinado a la salida de un acto público en Quito el 9 de agosto de 2023; Había anunciado unos días antes que había recibido amenazas por parte del grupo narcotraficante Los Choneros.

[14] O’NEIL Shannon K. et FREEMAN Will, « Civilian-controlled Militaries Keep Coups Out of Latin America Plus Trump’s VP Pick Signals Hawkish Latin America Policy », Council on Foreign Relations, 30 juillet 2024 (www.cfr.org/blog/).

[15] DROUHAUD P. y BIROSTE D., “Haití, ¿una salida imposible de la crisis? », Revista política y parlamentaria, 8 de abril de 2024 (www.revuepolitique.fr/haiti-une-impossible-sortie-de-crise/).

[16] Concepto que surgió durante la Doctrina Monroe en 1823, presentando a los países al sur de México como el “patio trasero” de Estados Unidos. Este sentido de "zona de influencia" fue central durante la Guerra Fría (1947-1991) para entender el lugar de América Latina en la rivalidad Este-Oeste.

[17] Desde su aparición en los años 1960 y especialmente desde los años 2010, este movimiento tiene como objetivo “despertar” a los ciudadanos. Se trata de desarrollar la conciencia de un determinismo social que puede explicar la permanencia de las discriminaciones y de los prejuicios denunciados como pilar de la injusticia histórica. Al ganar influencia en el ámbito político, ayuda a nutrir un enfoque alternativo al sistema internacional nacido después de la Segunda Guerra Mundial.

[18] DROUHAUD P., « Amérique latine L’inévitable rupture idéologique », RDN, 870, mai 2024, p. 113-119 (https://www.defnat.com/e-RDN/vue-article.php?carticle=23450&cidrevue=870).

[19] Déclaration d’Alberto Fernandez, à Moscou, le 3 février 2022 (https://www.infobae.com/).